lunes, junio 13, 2005

Mundo SubTerraneo

Domingo 10 de la mañana

Después de dormir 3 horas suena el movil avisandome que he de abrir los ojos, levantarme, ducharme, vestirme, salir a la calle e ir hacia el lugar donde me esperaban.

Todavía dormida hago las 3 primeras cosas.

La cuarta es la mas peligrosa. Aunque no hay sol, la luz del día me ciega y hasta que no aparecen mis gafas por algún rincón del bolso me niego a salir del portal y desintegrame a tempranas horas de la mañana.

Con todo el equipo a cuestas continuo mi camino hacia la parada de metro no sin antes esquivar 3 bicicletas que vienen a toda ostia por la acera. Como en ocasiones yo hago lo mismo, no me quejo y continuo el trayecto inmersa en la música que suena en el discman.

Llego a la parada, bajo las escaleras, no me puedo colar porque está el segurata con cara de pocos amigos asi que decido sabar el bono y entrar como las personas normales.

Faltan 3 minutos para que pase el siguiente metro. En el andén solo somos dos. Yo y otra persona con cara oriental, parecía de alguna tribu de mongolia por sus facciones y su altura. Dudo si es hombre o mujer. Inspecciono su cara desde la distancia porque hay algo que me atrae. Se gira. Me dedica una sonrisa. Le dedico otra y entiendo que ya no debo mirarla mas. La situación parece molestarle. Me sumerjo en mis pensamientos mirando la pared grisacea del horizonte. Pienso en no moverme de allí durante varios metros y perderme entre los pensamientos de las personas que entran y salen. Llega el metro con las luces encendidas. El o la personaje de al lado se levanta. Decido seguir sus pasos, sola en el anden mi mente puede perderse no se sabe donde y quedarme todo el día allí. Abro la puerta. Entro. Decido no sentarme aunque luego me arrepiento porque son 6 paradas, pero he cogido postura y me da pereza moverme. Pierdo la mirada hasta el fondo del vagón. Gente diversa camina, habla, mira la siguiente parada, duerme, se despierta, rie. Sigo imaginando ahora la diferencia entre el del silencio del andén y el barullo del tren. Noto que puedo entrar en todos los pensamientos de las personas, cada uno pensando en algo diferente, incoherente, absurdo, inteligente hay alguno que no piensa. Demasiados murmullos en mi cabeza. Dejo de cotillear en los pensamientos humanos y me dedico a contar a los pasajeros. Siguiente parada... "Sagrada Familia". Baja la mayor parte de los que había contado y suben 4 contados, experimento a la mierda. Decido seguir pensando, solo quedan 2 paradas. Juego a mantener el equilibrio en la gran curva, despues de unos minutos "Clot". Me equivoco de salida. Nuevo contacto con la luz, con las ilusiones, con el mundo exterior. Me coloco otra vez las gafas y sigo mi camino hasta las obligaciones del día.

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