Resaca de la Diada de Sant Jordi

No es que hoy no me haya sucedido nada pero... sigo inmersa en la resaca del día de ayer.

Salí de casa acompañada de Soledad sumergida en mis pensamientos, aislada del resto del mundo, no quería saber nada de él y tampoco quería que él supiera nada de mi. Cuando de repente vi a un personaje iluminado paseando con un cochecito de bebe. Ostres! Era Él, el chico mas malo del barrio, el mas guaperas, el mas chulo, simplemente... Él. Me habían comentado que era papa y tuve la ocasión de conocer a su retoño y felicitarle en persona. Sus palabras, sus risas y la carita de felicidad del chiquilín dormidito hicieron que viera la calle con diferentes ojos. Despedí a Soledad y seguí mi camino con Alegría.

Al llegar la tarde bajamos a celebrar la Diada d Sant Jordi como se merece. Bajamos al centro y allí ya fué el no va mas.

Gente pa'riba, gente pa'bajo, gente pa' la izquierda, gente pa' la derecha, gente bajita, gente alta, gente famosa, gente anonima, gente vendiendo, gente enamorada, gente maravillada, gente bromista, gente menos bromista, gente... En definitiva... todo tipo de gente celebrando un mismo acto recorriamos las calles con un mismo objetivo, intentar conseguir la dedicatoria de nuestro escritor favorito, acercarnos a todos aquellos que durante el resto del año solo vemos en contraportadas de libros, programas de televisión o simplemente son una voz que nos acompaña durante el día. Queríamos impregnarnos en el mundo de la lectura, aunque seguramente algunos no hayan visto las páginas de un libro en su vida, pero ese día todo vale, todo el mundo es culto, todo el mundo es lector, todo el mundo ha de poseer un libro y/o una rosa del ser querido, todo el mundo es capaz de reconocer a todo el mundo.

Personalmente me acerqué a varios stands a que me dedicaran unos libros e intercambiar unas palabras con ellos, con los artistas, con los escritores que muy amables atendían a los que ibamos llegando y entre temerosos, vergonzosos y flipados deciamos nuestro nombre para que garabatearan un dibujo o unas palabras.

Haciendo alusión de aquella gran frase de Marx...

Si no existiera el día de Sant Jordi, habría que inventarlo